martes, 26 de junio de 2018

ORIENTACIÓN AL CLIENTE, ESTRATEGIA DE COMPETITIVIDAD


En los últimos años el ofrecer un servicio de excelente calidad se ha convertido en un aspecto prioritario de la estrategia para elevar el nivel de competitividad en las organizaciones. Los hábitos del consumidor han cambiado, el cliente es más exigente en el momento de la compra, desea obtener mayores beneficios por la inversión a realizar. Al mismo tiempo, la competencia es más intensa, más agresiva ampliando las opciones para los clientes haciéndolos menos leales o conformistas.
 

 Por consiguiente, las organizaciones para mantener satisfechos a sus clientes, permanecer o sobrevivir en sus mercados adoptan novedosos y variados enfoques. De manera que, las empresas deben orientarse a servir al cliente quien es el punto de partida de una estrategia y el elemento clave en los momentos de verdad. Sin embargo, son muchos los retos que deben enfrentar para alinear sus procesos, su tecnología y su gente con la estrategia diseñada para competir.

De allí que, surge una nueva filosofía de gestión en las organizaciones denominada Gerencia del Servicio, la cual comienza con la naturaleza de la experiencia del cliente y crea estrategias y tácticas que maximizan la calidad de esa experiencia, optimizando la gestión de relaciones con los clientes, procurando su fidelización.

En este sentido, se concibe la gestión del servicio como un proceso integral que requiere de un decidido liderazgo por parte de los directivos de la empresa para que sus decisiones y acciones contribuyan a que los empleados sean más efectivos en los momentos de verdad. El liderazgo se convierte en una herramienta fundamental para la gestión del servicio, por cuanto permite alinear el interés de los colaboradores con los objetivos de la organización creando una visión y unas condiciones de trabajo atractivas generando valor para el cliente.

lunes, 28 de mayo de 2018

COMPETITIVIDAD Y LIDERAZGO


Los cambios acelerados en el contexto globalizado de la tecnología, los sistemas de información, la economía, así como la política, han permitido que las organizaciones desarrollen procesos de transformación que las conduzcan a ser competitivas y a responder con productos y servicios de calidad para satisfacer al cliente. En consecuencia, el liderazgo actual implica desarrollar habilidades, fomentar la creatividad y participación de todos los miembros de una empresa. De tal manera, que el líder debe ser visionario, agente de cambio, con visión y misión claras, integrador de equipo y sobre todo un buen comunicador.

De allí que, los líderes deben saber, así como poder transformar la cultura organizacional dentro de una dinámica competitiva de esfuerzo, adaptación, reto y cambio constante. En este sentido, se hace necesario precisar el sentido, alcance y aplicación del término competitividad a la dinámica actual de las empresas.


Tal como lo expresa Siliceo, A. (1999), la competitividad es una condición de sobrevivencia, es una forma de aprender y crecer para poder enfrentar con éxito la vida, dentro de un proceso evolutivo de cambio, desarrollo y mejora continua. Según el autor en cuestión la competitividad es una medida de satisfacción del consumidor en un mercado globalizado, es una estrategia de sobrevivencia empresarial para el mediano y largo plazo fundamentada en los siguientes principios:

  1. Espíritu innovador y manejo del cambio
  2. Fortalecimiento interno de la organización y trabajo en equipo
  3. Conocimiento del entorno, del mercado y de las necesidades del cliente
  4. Calidad, servicio y valor agregado
  5. Nuevos compromisos y exigencias de clase mundial y enfoque de negocio
  6. Promoción del capital intelectual y emocional de las organizaciones
  7. Conocimiento y valoración de los signos vitales de la organización
  8. Proceso de mejora continua
  9. Definición clara de la filosofía de la empresa: visión, misión, valores
  10. Sabiduría directiva
Así mismo, la competitividad es considerada como una estrategia y capacidad organizacional enmarcada en valores como: veracidad, compromiso, honestidad, lealtad, beneficio del consumidor, de la sociedad y de la misma empresa, para el logro de la productividad, servicio y satisfacción del cliente.