Cuando las organizaciones implementan nuevos sistemas ERP, suelen pensar que el cambio más grande estará en el software que utilizarán sus empleados.
El grado de cambio organizacional es amplio: procesos de negocios, roles y responsabilidades de trabajo, flujos de trabajo, procesos transaccionales y de reportes son sólo algunos de los principales cambios a los que el personal necesita adaptarse, a lo cual sobresale, un efectivo cambio organizacional. Sin embargo el cambio más grande quizás es psicológico y probablemente menos tangible: el paso de ser ejecutores y utilizar mucho tiempo en actividades operativas, a participar en el proceso de tomar verdaderas decisiones.
En otras palabras, cuando no se cuenta con una solución ERP el personal gasta gran parte de su tiempo buscando información. Parte de la rutina operativa es la revisión y cuadre de muchos reportes, hojas de cálculo de Excel y manipulación a bases de datos.
El personal no utiliza su tiempo para analizar los datos que podrían y deberían ser, más bien están muy ocupados tratando de localizar y cuadrar información.
Cuando las organizaciones implementan nuevas soluciones ERP, los empleados tienen acceso al repertorio de información operacional no sólo en su propio mundo; sino también para los departamentos y funciones que tal vez antes tenían una pequeña visibilidad. Esta transparencia es generalmente algo bueno a largo plazo, pero puede ser abrumadora para empleados que no entiendan qué hacer con todo el conocimiento de la nueva organización. Es decir los directivos deberán poner mucha atención en la preparación para el cambio, los beneficios serán tangibles.
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